¿Por qué comer en Aranjuez?

El Paisaje Cultural de Aranjuez fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2001. Convirtiendo a esta ciudad en una parada obligada para todos aquellos que visitan la Comunidad de Madrid. Sus calles se llenan a diario de turistas que disfrutan del maravilloso entorno y de la amplia oferta gastronómica que ofrece el lugar. Pero ¿por qué comer en Aranjuez es la mejor opción?
Existen varias razones, entre las que se destacan: la gran cantidad de sitios para visitar, los productos locales y la gran cantidad de restaurantes con cartas muy variadas y bien elaboradas.
ARANJUEZ EN UN DÍA
Es posible visitar todos los lugares emblemáticos de la ciudad en un día, con una buena planificación del recorrido.
A pesar de que hay varios lugares, éstos se encuentran a poca distancia unos de otros, lo que consigue que el paseo en un día sea agradable y sin grandes agobios.
El primer lugar que es imprescindible visitar es el Palacio Real de Aranjuez, conocido como “el Versalles español”, siendo la fachada oeste la más imponente.
No se puede dejar de ver el interior del Palacio, en especial algunas de las estancias más destacadas y bellas como la Sala de los Espejos, el Gabinete de Porcelana y el Gabinete Árabe. Las entradas se pueden adquirir en la página del Patrimonio Nacional, la visita dura aproximadamente una hora.
Junto al Palacio Real, se encuentra el Jardín del Parterre de estilo francés, es pequeño en comparación con el resto de los jardines de Aranjuez, pero posee hermosas fuentes dignas de admiración.
A continuación, se ubica el Jardín de la Isla. Recibe este nombre debido a que una pequeña ría artificial lo separa del Palacio, creando una especie de isla.
En él destacan la Fuente de Hércules e Hidra, la Fuente del Dios Baco y la Fuente del Niño de la Espina (también conocida como del Espinario o de las Arpías).
Una pausa
Llegados a este punto de la visita, es un buen momento para hacer una pausa y disfrutar de una buena comida.
Se recomienda degustar las excelentes ofertas gastronómicas en los alrededores del Palacio y los Jardines, porque comer en Aranjuez hará que la visita sea aún más memorable si cabe.
Para terminar, lo ideal es un paseo por el Jardín del Príncipe en donde es indispensable visitar el Estanque de los Chinescos, la Casa del Labrador, el Museo de las Falúas Reales y el Embarcadero Real.
Con este plan propuesto, queda claro por qué comer en Aranjuez. Sin embargo, existen más motivos que se describen a continuación.
ARANJUEZ, PRODUCTOS DE CALIDAD
La huerta ribereña es reconocida internacionalmente por la calidad de sus productos y sus exquisitos sabores. La actividad agrícola siempre ha desempeñado un papel importante en la economía de Aranjuez, en especial el cultivo de frutas y verduras.
Los productos más característicos de la zona son:
- Los espárragos
Cultivo introducido en el siglo XVIII desde Holanda. Hoy día es un plato obligado en Aranjuez, frescos, con mahonesa o vinagreta, en tortilla o revuelto, gratinados o a la plancha.
- Las fresas y los fresones
Fruta típica de la huerta ribereña, acompañados con nata son el postre por excelencia de Aranjuez.
- Los tomates de Aranjuez
Conocido como tomate moruno o enano de Aranjuez, es un alimento básico tanto en la alta cocina como en la tradicional. La temporada de este cultivo es de principios de julio a mediados de octubre.
- Las alcachofas
Hortaliza de la que se aprovecha la yema floral, muy apreciada tanto por sus beneficios para la salud como por sus cualidades culinarias. Existen múltiples elaboraciones que se pueden degustar, ya sean al horno, en tempura o fritas.
Además de las deliciosas hortalizas, existen otras razones porque comer en Aranjuez. Debido a su pasado como Real Sitio.
CULTURA GASTRONÓMICA EN ARANJUEZ
Como ya se ha visto, esta ciudad del sur de la Comunidad de Madrid se puede visitar en un día y además dispone de productos de cercanía de gran calidad que justifican por qué comer en Aranjuez es la mejor alternativa.
Sin embargo, existe otro motivo de gran importancia, que es la enorme cultura y tradición gastronómica que caracteriza a este lugar.
A pesar de tener tan solo 59 mil habitantes, la localidad cuenta con cerca de 100 establecimientos de restauración que abren a diario sus puertas para que vecinos y turistas se deleiten con sus platos.
Cocina Arancetana
La cocina Arancetana evoca su antigua tradición de Real Sitio, combinando el esplendor arquitectónico de sus monumentos con la riqueza natural de sus paisajes. Es posible saborear las mejores comidas mientras se admiran los frondosos jardines o el imponente Palacio Real, así como también sus hermosas calles rodeadas de edificios característicos.
A pesar de contar con una gran variedad de establecimientos, es recomendable reservar mesa para comer en Aranjuez, ya que tanto habitantes como turistas suelen llenar el aforo, sobre todo los fines de semana.
Dentro de los numerosos restaurantes que ofrecen sus platos, se destacan los que realizan comida casera, elaborada en sus cocinas con productos frescos y de gran calidad.
Cuando se visita la ciudad ribereña es complicado elegir entre tan variada oferta de tapas y raciones, entre las que destacan las carnes y pescados frescos elaborados en el momento. Los postres caseros que incluyen las frutas de la zona, como son las fresas, los fresones, las manzanas y las peras. Sin olvidar las deliciosas ensaladas y arroces que utilizan las hortalizas de la vega del Tajo.
No menos importantes son los vinos, ya que Aranjuez se encuentra dentro de la denominación de origen Vinos de Madrid, con la bodega del Real Cortijo de Carlos III y Viñas El Regajal. Estos vinos son ideales para acompañar cualquier comida. Sin duda, es una de las experiencias más satisfactorias, porque comer en Aranjuez no deja a nadie indiferente.
EL CORRAL DE LA ABUELA, FAMILIA Y TRADICIÓN
Con más de 20 años de trayectoria, situado frente al Jardín del Príncipe, El Corral de la Abuela es una parada obligatoria en Aranjuez para todos aquellos que quieran disfrutar de una experiencia gastronómica inolvidable.
Esta empresa familiar fundada en 2002 es dirigida por Carlos, segunda generación al frente de este maravilloso restaurante. A lo largo de los años este establecimiento se ha ganado el reconocimiento y el prestigio que merece, gracias a la gran labor que desarrollan.
Este restaurante satisface todas las expectativas de quienes van a degustar su comida, y se entiende por qué comer en Aranjuez es una elección acertada. Los productos con los que elaboran sus platos son de primera calidad, y eso se percibe en el exquisito sabor de todas sus elaboraciones.
La amabilidad de Carlos y todo el personal crea un ambiente familiar y acogedor. Lo que hace sentir al comensal en un espacio tranquilo y confortable en el que se puede disfrutar de una gran velada. Ideal para visitar en familia, en pareja o con amigos.
Ubicación
La ubicación de El Corral de la Abuela es inmejorable, ya que se encuentra en la conocida Calle de la Reina, 2, frente al hermoso Jardín del Príncipe.
El restaurante cuenta con diferentes salones y amplias terrazas, desde las que se pueden disfrutar unas imponentes vistas de la vegetación que tanto caracteriza a la región.
Carta
Además, dispone de una amplia carta de vinos con los que acompañar sus exquisitos platos, entre los que destacan los diferentes cortes de vaca gallega o las chuletas de cordero a la parrilla, así como también el cochinillo asado al horno.
Las especialidades de pescado como el lomo de bacalao gratinado a la crema de alioli son una muy buena opción para los que buscan una alternativa a la carne.
Por último, la variada carta de postres caseros es la mejor manera de terminar una estupenda comida, ya sea saboreando la magnífica tarta de queso o las torrijas de pan brioche con helado. Especial mención se merecen las fresas con nata para aquellos que quieran algo más ligero.
El Corral de la Abuela
El Corral de la Abuela es un restaurante muy bien valorado, así que es aconsejable reservar una mesa con antelación, tendrá la mejor atención y oferta gastronómica a su disposición y en ese momento entenderá por qué comer en Aranjuez puede convertirse en una experiencia inolvidable.